Lumbalgias, una patología cada vez más frecuente

Dr. Oscar Carreras | Prof. Adj. de la cátedra de Traumatología – Universidad de Montevideo

¿A qué llamamos lumbalgias?

La definimos como el dolor en la región lumbar, sin importar su origen, con o sin irradiación a miembros inferiores o identificación de una patología específica. El área lumbar comprende el sector bajo de la espalda, como se puede identificar en la imagen a continuación (Figura 1). Dicho dolor es una de las principales causas de ausentismo, incapacidad laboral y limitación funcional en la vida activa diaria de la población general. Como consecuencia, se observa una alta repercusión social y económica. Se caracteriza por una alta prevalencia, considerando que aproximadamente entre el 80 y el 90% de la población consultará por lo menos una vez en su vida por esta causa. Llevado a mis consultas el 71% de mis pacientes consultan por dicho motivo.

Hombre con dolor de lumbalgia

¿Por qué se produce?

Se considera que las fuentes más frecuentes de lumbalgias las encontramos en:

  • Discos intervertebrales

  • Articulaciones cigoapofisarias

  • Displasias complejas

  • Articulaciones sacro-Iliacas

  • Elementos neurológicos

  • Músculos y ligamentos

En conjunto, todas estas estructuras conforman lo que llamamos “Unidad Funcional Móvil”. La misma, es la unidad de movimiento base de la columna. Todo lo que altera esta funcionalidad, crea desde micro inestabilidad a una completa movilidad alterada que lleva al deterioro y mal funcionamiento de la columna, resultando en dolor (Figura 2).

 

Como ya mencionamos, los factores modificables y los no modificables afectan en forma diferente según la etapa de la vida en la cual se encuentra el individuo. Dichos factores, se pueden observar en problemas posturales, en la realización de actividades físicas con grandes exigencias de peso y/o alto impacto, sobrepeso, actividades laborales que requieren de esfuerzo a temprana edad y disinergias lumbares, entre otros.

Lumbalgia
Las alteraciones dolorosas lumbares, en su gran mayoría y en las primeras etapas, no son concordantes con patologías demostrables con facilidad e incluso imagenológicamente. Esto crea grandes dificultades al momento de diagnosticar, aun ante variadas especialidades médicas, con las consiguientes angustias y complicaciones del propio paciente y del ambiente familiar.

Un capítulo especial, es la etapa comprendida desde la adolescencia a la adultez, donde tenemos que incluir patologías que, si bien tienen una incidencia baja, la prevalencia en el deportista joven es alta. Las mismas pueden ser: la espondilólisis, espondilolistesis, las rupturas o fisuras agudas de los discos, hernias de disco y los sufrimientos por sobrecarga de las facetas articulares posteriores de la columna. Estas se identifican como una causa frecuente en mis consultas, marcando un claro pico etario.

En el adulto, en plena vida activa, las causas frecuentes de dolor están relacionadas principalmente a actividades físicas, vicios posturales, actividades laborales de carga, esfuerzos y/o bipedestación o sedestación prolongada, discopatías degenerativas, artrosis facetarias de las articulaciones posteriores y por último, las displasias congénitas del confluente lumbo-sacro.

Sin lugar a dudas, se suman las que destacamos en la etapa anterior, pero por sobre todas las causas, la patología de discos y facetaria son las más frecuentes. A pesar de la corriente popular, las hernias de disco no son la causa más común de dolor lumbar o lumbociática. Por otro lado, el dolor Facetario articular posterior es el responsable de la mayoría de las consultas por dolor lumbar puro sin irradiaciones (Figura 3).

Por último, nos enfrentamos al grupo etario más frecuente en consultas por dolor: los pacientes por encima de los 65 años. Aquí debemos precisar algunos conceptos diferentes. En este grupo etario de ambos sexos, el motivo que más se repite de dolor lumbar es por los procesos degenerativos (artrosicos) con claro deterioro de uno o más niveles del área lumbar. Tanto por discopatías degenerativas como desgaste artrósico lumbar. Esto es el desgaste propio de cada individuo regido por nuestra propia genética a lo largo de la vida (envejecimiento). Aquí importa mucho todo el desbalance en los planos coronales y sagitales como lo son la escoliosis y la rectificación de la lordosis lumbar, las cuales pueden ser de causa degenerativa en el adulto o de largo tiempo por patologías.

Recordemos que la pérdida de los discos y la artrosis facetaria lleva a la alteración de las curvas normales de la columna y a la inestabilidad funcional de la misma. La asociación de elementos degenerativos en el adulto mayor lleva a la necesidad de tratamientos quirúrgicos por canal estrecho lumbar. Es la entidad nosológica que más limitación e incapacidad lleva al paciente.

Hoy por hoy, contamos con el apoyo imagenológico completo, igual que en los centros más importantes del mundo, para el diagnóstico de causas de lumbalgias, que según mi opinión, es el elemento más importante para la correcta conducta terapéutica.

En cuanto al tratamiento

En los últimos años, el arsenal terapéutico ha evolucionado de forma sorprendente para el manejo de todas las patologías. Desde tratamientos médicos y rehabilitación, terapias de prevención laboral y deportivas, procedimientos mínimamente invasivos a cirugías altamente especializadas abiertas y/o mínimamente invasivas y endoscópicas. Con resultados excelentes, comparables a los realizados en centros de referencia en el exterior.

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