Juntos por una cultura de seguridad y salud positiva

Dra. Paola Postiglioni | Licenciada en Psicología | Psicología Social | Psicodramatista y Coordinadora Grupal

En este 2022 la campaña en el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo se centró en fomentar el diálogo social para una cultura de seguridad y salud, siendo el lema “Actuar juntos para construir una cultura de seguridad y salud positiva”.

Como siempre los objetivos estuvieron enmarcados en el momento histórico y contexto en el que los trabajadores y organizaciones se desarrollan. Actualmente nos encontramos retomando ciertas dinámicas laborales y cotidianas que implican un mayor encuentro con los otros. Será el momento de preguntarnos, si se trata del camino para “volver a cómo era antes” de la pandemia por COVID-19.

Desde el trabajo que hemos realizado los agentes de la salud mental durante estos dos años acompañando los procesos de cambio de los colaboradores, podríamos decir que se trata de un tiempo de “reencuentro” en el que habrá que dar lugar a lo vivido a nivel psicoemocional cuando se piense en fomentar y rediseñar las instancias de acercamiento y comunicación.

Finalizada la emergencia sanitaria, debemos saber que los tiempos que se han ido considerando para poder declarar esta etapa pueden no coincidir necesariamente con los tiempos de procesos a nivel psíquico e internos de quienes la vivimos.

La incidencia emocional que esta situación ha tenido, requiere para su procesamiento de recursos personales y por tanto de la capacidad de resiliencia.

Esta capacidad va a estar vinculada a las relaciones familiares, al contexto social y a los recursos emocionales que esa persona haya desarrollado en su vida.

Pero también puede adquirirse y desarrollarse y la organización en la que se desempeña el colaborador debería también haber ingresado en este asunto para poder adaptarse y hacer frente a estas nuevas situaciones que seguramente ya se han comenzado a visualizar.

Nos referimos a afectaciones psicoemocionales que a pesar de haber finalizado la pandemia aún puedan continuar presentes.

La manera de abordarlas será favoreciendo apoyos, la confianza, y por supuesto la comunicación y el relacionamiento interpersonal.

Resulta importante por tanto instrumentar y favorecer instancias formales e informales para poder hablar sobre este nuevo momento y sobre lo vivido. Poder observar y considerar el momento en que los colaboradores se encuentran en relación a estas posibles afectaciones, como juegan al momento de hoy a nivel individual, en el equipo y en sus dinámicas de trabajo.

La pandemia nos permitió también descubrir en cada uno de nosotros competencias y formas de funcionar ante este tipo de crisis que seguramente desconocíamos de nosotros mismos. También a nivel laboral y de la comunicación surgieron nuevas herramientas y aprendizajes como la virtualidad.

Estos aspectos, entre otros, fueron aportes que ampliaron no solo nuestras posibilidades laborales, sino que también abrieron a nuevos aprendizajes y desarrollaron nuevas competencias en algunas personas, desconocidas hasta el momento.

Mediante el intercambio con los otros podremos conocer como estamos posicionados al día de hoy en relación a las afectaciones y estas nuevas situaciones a las que hemos tenido que adaptarnos.

De esta forma se podrá de manera conjunta evaluar nuevas estrategias de dinámicas y funcionamiento laboral que favorezcan y consideren la salud mental de su gente, la funcionalidad del equipo y de la organización.

En el trabajo con grupos, hemos constatado que compartir con otros no solo nos acerca, sino que también nos reasegura emocionalmente ante dinámicas que hacía tiempo no vivíamos.

En la construcción de nuestra subjetividad es una parte muy importante el tipo de relacionamiento que tenemos con los otros. Lo que el encuentro presencial genera a nivel afectivo es insustituible. No solo “nos vemos” sino que en el encuentro se genera una forma de interacción donde la comunicación no verbal está más presente, así como la espontaneidad de lo compartido al estar en el mismo lugar físico. Podríamos decir que estamos “realmente juntos”.

Así como volver cada vez más a actividades sociales resulta importante para la salud mental de las personas, los lugares de trabajo son también espacios de intercambio, de socialización, donde los afectos, lo común, lo compartido se hace presente y por tanto lo que allí acontece es parte de nuestro mundo afectivo emocional y cómo tal debemos cuidarlo y cuidarnos.

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