Infecciones respiratorias en niños

Prof. Agda. Dra. Catalina Pinchak | Neumóloga Pediatra | Presidente de la Sociedad Uruguaya de Pediatría

Las infecciones respiratorias son una causa frecuente de consulta en pediatría y, por ende, una preocupación para los padres y cuidadores de los niños. Es importante saber que en la mayoría de ellas la causa es viral. Los niños desarrollan cada año un promedio de seis infecciones respiratorias que afectan la nariz, garganta y las vías respiratorias.

El diagnóstico se basa en síntomas: las infecciones de las vías respiratorias superiores o altas son el resfriado común y la gripe, y las infecciones de las vías respiratorias bajas ocurren en la tráquea, en las vías respiratorias y los pulmones; las más frecuentes son las bronquiolitis y la neumonía. Las causas más recurrentes son los rinovirus, virus respiratorio sincicial, enterovirus, coronavirus, y algunos adenovirus.

Comúnmente las infecciones se propagan cuando las manos de los niños entran en contacto con las secreciones nasales de una persona infectada. Cuando el niño se toca la nariz, o los ojos los virus entran y producen la infección. También se pueden producir cuando el niño respira aire que contiene gotitas expulsadas por la tos o estornudo de una persona infectada. La transmisión aumenta en lugares cerrados, con aglomeraciones.

Cuando los virus invaden las células desencadenan una inflamación y producen aumento de las secreciones y mucosidad, congestión nasal, irritación de la garganta, dolor y tos por un promedio de 7 días, aunque puede suceder que la tos persista más tiempo. La fiebre es frecuente al igual que la falta de apetito, malestar general, dolor de cabeza y dolores musculares. Los niños pequeños pueden presentar irritabilidad.

Es muy importante saber que los recién nacidos y lactantes respiran solo por la nariz, por lo que una congestión nasal moderada provoca dificultad respiratoria, y dejan de alimentarse ya que no pueden respirar durante la succión del pecho o del biberón. Eso puede generar que se atraganten o el cese transitorio de la respiración. La inflamación de la vía respiratoria de pequeño calibre produce fatiga, dificultad respiratoria, aumenta la frecuencia respiratoria (polipnea), producen un sonido de todo alto cuando sacan el aire (espiración) que se llama sibilancias o un sonido similar cuando entra el aire (inspiración) que se denomina estridor, pudiendo tener cambios en la coloración de la piel y mucosas de labios que se denomina cianosis.

También puede causar dolor de oídos (otalgia) y neumonía. En los niños asmáticos estas infecciones respiratorias pueden provocar con gran frecuencia una crisis asmática.

Resfrío común

Pueden comenzar bruscamente con fiebre, irritabilidad, inquietud y estornudos. A las horas comienzan las secreciones nasales que producen obstrucción nasal y puede dificultar la alimentación, sobre todo en los lactantes menores. Puede acompañarse también de vómitos y diarrea. La fase febril dura de horas a 3 días. Los niños mayores pueden presentar además malestar, dolores musculares, tos, febrícula, falta de apetito.

Profilaxis: es imposible mantener aislados a los niños con este proceso, pero sí debemos mantenerlos aislados de las personas posiblemente infectadas. Recordemos que este tipo de virus se propaga a través de los estornudos y tos, así como de los objetos contaminados. El tratamiento es sintomático, aliviando el dolor, bajando la fiebre si es necesario, con el antitérmico habitual, ofreciendo abundantes líquidos. Los antibióticos no cambian el curso de la enfermedad ni previenen sus posibles complicaciones bacterianas. En los lactantes, en los cuales la obstrucción nasal es un problema para la alimentación, debe realizarse instilación de suero fisiológico y aspiración de secreciones.

Gripe

La influenza (gripe) es un virus que genera infección de la nariz, la garganta y los pulmones. La influenza puede causar enfermedades leves o graves, neumonía y otras complicaciones.

Los niños menores de 5 años, en especial si tienen menos de 2 años, así como los niños y adolescentes que tienen una enfermedad crónica, corren el riesgo de sufrir complicaciones graves por la influenza. Estas complicaciones pueden conllevar hospitalizaciones y causar situaciones de suma gravedad en algunos casos. La mejor manera de prevenir la influenza es vacunarse anualmente contra esta enfermedad.

 

¿Qué puedo hacer si mi hijo se enferma?

  • Consulte al médico.
  • Cuidados en el hogar. Mantenga a su hijo en la casa, a menos que tenga que ir al médico, por lo menos 24 horas después de que se le haya pasado la fiebre.
  • Enseñarle a cubrirse al toser o estornudar. Asegúrese de que su hijo se cubra la boca y la nariz al estornudar o toser.
  • Descanso y líquidos. Asegúrese de que su hijo descanse y tome muchos líquidos para no deshidratarse.
  • Medicamentos. Pregunte a su médico sobre los medicamentos para reducir la fiebre que debe usar de acuerdo a la edad de los niños. Los niños menores de 4 años no deben tomar medicamentos para el resfriado que se venden sin receta médica sin consentimiento médico. Los niños o adolescentes con fiebre no deben tomar aspirina; esto puede causar una enfermedad grave y poco frecuente llamada síndrome de Reye. Recuerde que la fiebre ayuda a su niño a combatir la infección, así que no siempre es necesario darle medicamentos para reducir la fiebre.
  • Proteja a las mujeres embarazadas. Se recomienda que las mujeres embarazadas se vacunen contra la influenza.
  • Regreso escolar luego de la enfermedad. Generalmente, su hijo debe quedarse en casa por lo menos 24 horas después de que se haya ido la fiebre.
  • Vacuna contra la influenza. Está aprobado su uso en niños mayores de 6 meses, incluso en niños sanos y niños con enfermedades crónicas.

Bronquiolitis

Es una enfermedad frecuente de las vías aéreas inferiores que se debe a la obstrucción inflamatoria de las pequeñas vías aéreas. Aparece en los 2 primeros años de vida. Es la causa más frecuente de hospitalización en los lactantes, pudiendo ser una enfermedad potencialmente grave, sobre todo en el recién nacido y en los primeros meses de vida. Es producida por un virus, siendo en un 50% de los casos generada por el virus respiratorio sincicial. Contraen el virus de un adulto que cursa una infección respiratoria poco importante. Se manifiesta por resfrío, tos y fiebre, agregando en la evolución dificultad respiratoria que a veces es lo suficientemente importante para impedir la alimentación y el sueño. Según la intensidad de la enfermedad, puede requerir la internación. El tratamiento incluye la desobstrucción nasal, fisioterapia respiratoria, y debe dormir semisentado. Según la evaluación clínica puede beneficiarse del uso de broncodilatadores. No está indicado el uso de antibióticos.

El diagnóstico de las infecciones respiratorias es clínico y en muy pocas ocasiones es necesario realizar exámenes complementarios.

Prevención

La mejor medida es la higiene: el lavado de manos de manera frecuente y adecuada del niño y de las personas que convivan con él. No asistir a la escuela o guardería si tienen síntomas respiratorios, hasta 24 horas de la desaparición de la fiebre.

  • La gripe es la única infección respiratoria que se puede evitar con la vacunación.
  • Importante tener en cuenta:
    • Esquema de vacunación completo, incluyendo influenza anual desde los 6 meses.
    • Lavado de manos frecuente de todos aquellos que entren en contacto con el niño o niña.
    • Lactancia materna por lo menos 6 meses.
    • Mantener un ambiente sin contaminación intradomiciliaria.
    • Evitar salidas innecesarias en época de invierno.
    • Evitar salidas innecesarias en época de invierno.
    • Evitar lugares hacinados.
  • Ambientes bien ventilados, evitar el humo de primera, segunda y tercera mano.
  • Higiene de los juguetes regularmente.
  • Abundantes líquidos.
  • Los descongestionantes nasales pueden generar agitación, confusión, alucinaciones, letargo y palpitaciones y es muy importante conocer sus efectos para estar informados de por qué no deben usarse.
  • Los medicamentos antivirales en caso de tener indicación médica son útiles durante los 2 días siguientes al inicio de síntomas, acortan el período de duración de la fiebre.
  • Los antibióticos no inciden en su evolución, ya que no acortan el tiempo de enfermedad, no mejoran los síntomas y no previenen las complicaciones.
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