Cómo proteger la salud mental de niños y adolescentes en el mundo actual
Dra. Ruth Gajer | Psiquiatra Infantil

Hablar de promoción y prevención de la salud mental en niños y adolescentes es, ante todo, hablar del rol de la familia: de un hogar emocionalmente estable, que contenga y ofrezca vínculos y espacios de socialización saludables. Un lugar que actúe como sostén en los adultos y capacidad para lidiar con los problemas o conflictos que inevitablemente se darán durante la crianza de nuestros hijos.
En el largo y duro camino que nos lleva a convertirnos en madres y padres, intervenimos múltiples variables. Nuestra propia historia y cómo hemos sido criados es una de ellas, muy importante, pero no la única.
Desde el momento mismo del nacimiento nos enfrentamos a bebés y luego a niños con su propio temperamento. Amarlos incondicionalmente y aceptarlos tal como son (niño real vs. hijo fantaseado), entenderlos y valorarlos, son los primeros pasos como cuidarlos, protegerlos, guiarlos y educarlos con el fin de que puedan convertirse en personas capaces de vivir felices en el mundo en el que nos ha tocado vivir.
Establecer vínculos de apego seguro para que crezcan y se desarrollen en un marco de tranquilidad, sabiendo que estamos allí, disponibles para escucharlos y pensar juntos. Ser padres confiables que los habilitamos a hacer por ellos mismos lo que son capaces de hacer, cada vez con mayor autonomía e independencia, resulta imprescindible.
Vamos así transmitiendo, casi sin darnos cuenta, nuestros valores, siempre más por cómo actuamos que por lo que decimos.
Satisfacer sus necesidades básicas tales como alimentación, sueño y escolarización es solo una pequeña parte de la crianza. La puesta adecuada de límites con coherencia y en sintonía con ambos padres, el establecer vínculos afectivos de calidad, la comunicación y el contacto, el desarrollo de la empatía, la posibilidad de reconocer las emociones, entender las propias y expresar las propias, el tiempo de calidad que compartimos con ellos, jugar, crear, reír y disfrutar juntos también es fundamental. Integrar, organizar, crear y recrear el estilo de vida y estimular su socialización son también factores claves para su desarrollo emocional. En ese marco, el juego en cuanto a rutinas, contribuye enormemente en el normal desarrollo infantil.
No desconocemos lo apabullante que resultan en estos tiempos los permanentes estímulos tecnológicos (computadoras, tablets, celulares, redes sociales, Play Stations, etc.) y cómo el acceso al ocio digital y las distintas sustancias psicoactivas alcanza a todos. En este escenario en el cual debemos redoblar nuestro esfuerzo para poder moderar y dosificar su uso, brindar otras opciones recreativas, deportivas y de socialización, evitar el uso precoz, fomentar la actividad física, la vida al aire libre, el desarrollo de valores como el esfuerzo, la equidad, evitando el exceso y su abuso y adicción, surgen nuevas y desafiantes alternativas saludables en función de su bienestar integral.
Antes de finalizar, desearía aclarar que esta breve reseña solo pretende mencionar o pincelar conceptos, dado lo vasto de la temática y lo complejo de su abordaje. El objetivo es, si se quiere, generar una invitación a la reflexión.
La crianza como padres conlleva un desafío que no es solo válido, sino también recomendable apoyarnos en ayuda externa si fuera necesario, ya sea con familiares, amigos, o profesionales de la salud.