Piel joven, presión adulta: el auge del skincare infantil
Dra. Lídice Dufrechou | Dermatóloga

En los últimos años, hemos sido testigos de un notable aumento en las consultas de niñas de entre 8 y 12 años interesadas en el diseño de rutinas cosméticas, en particular el popular «skincare». Aunque inicialmente esto sorprendió a la comunidad dermatológica, hoy se ha convertido en una preocupación frecuente que requiere atención y análisis.
Redes sociales y presión estética
La adopción de rutinas cosméticas por parte de las niñas ha evolucionado significativamente, influenciada por factores culturales, sociales y mediáticos. La promoción del cuidado personal se ha vuelto una parte integral de la vida cotidiana; sin embargo, los límites entre el cuidado personal y las exigencias estéticas dictadas por la sociedad son a menudo difusos.
Los medios de comunicación y las redes sociales desempeñan un papel crucial en la difusión de tendencias de belleza. Influencers y celebridades comparten sus rutinas de cuidado personal, lo que puede inspirar a las niñas a seguir sus pasos. La industria de la belleza ha respondido a esta demanda creando productos específicamente dirigidos a un público joven, normalizando así el uso de cosméticos entre las niñas. Desde brillos labiales hasta productos para el cuidado de la piel, la variedad de opciones es amplia y atractiva.
Cada vez más, el maquillaje y el cuidado personal se presentan como formas de autoexpresión y empoderamiento. Sin embargo, es fundamental cuestionar si realmente cumplen con estas funciones. Desde el punto de vista médico, el inicio precoz del skincare en niñas puede tener efectos negativos significativos, y en general, no se recomienda.
¿Es sano empezar tan temprano?
La piel de las niñas en este rango etario aún está en desarrollo; su barrera cutánea es más delgada y, por lo tanto, favorece una mayor penetración de las sustancias aplicadas. Esto significa que cualquier cosmético puede ser absorbido en mayor medida en una piel inmadura. A menudo, los productos cosméticos, especialmente en estas edades, pueden causar sensibilización, dermatitis, acné y reacciones alérgicas que varían de leves a severas. Estas reacciones adversas son más comunes cuando se aplican productos tras limpiezas profundas o exfoliaciones, y pueden intensificarse si los productos se utilizan sobre piel húmeda o se cubren con máscaras.
Particularmente, en niñas con dermatitis atópica o patologías cutáneas preexistentes, el uso de cremas formuladas para adultos, especialmente aquellas destinadas a combatir el envejecimiento, puede resultar aún más perjudicial. Estas cremas suelen contener ácidos que pueden dañar la barrera cutánea y causar dermatitis con mayor frecuencia.
Incluso el uso excesivo de protector solar puede ser dañino para la piel de los niños. Por ello, recomendamos el uso de gorros y la permanencia en la sombra como métodos alternativos de protección solar, especialmente en otoño e invierno. Sin embargo, cuando la radiación ultravioleta aumenta, aconsejamos la aplicación diaria de protector solar, dado que muchos niños están expuestos al sol durante sus actividades escolares.

Salud por encima de la moda
Para abordar esta tendencia de rutinas cosméticas y minimizar el daño potencial, es fundamental optar por productos hipoalergénicos y formulados para pieles sensibles. En nuestras consultas, enfatizamos la necesidad de priorizar la salud de la piel sobre la estética, recordando que no todo lo que se ve en redes sociales es real. Fomentar una imagen positiva y natural de uno mismo es esencial para el desarrollo emocional y social durante esta etapa crítica, así como en todas las etapas de la vida.
En conclusión, es vital que tanto padres como profesionales de la salud se mantengan informados sobre el cuidado de la piel en niñas y que se promueva un enfoque equilibrado que priorice la salud cutánea sobre las tendencias estéticas.