¿Qué es la fascitis plantar?

Dra. María Josefina Álvarez | Traumatóloga especializada en pie

Mujer sentada, descalza, agarrándose el talón

Hay muchas causas de dolor en el área del talón, pero la gran mayoría de casos se deben a la irritación de la unión de la fascia plantar en el hueso del talón (calcáneo); lo que se suele denominar fascitis plantar.

La fascia es un tejido fuerte que se inserta en el calcáneo y desde allí se dirige a la base de los dedos. Este tejido soporta el arco del pie, si imaginamos el pie como un arco, la fascia sería la cuerda que mantiene su forma en la base. Cuando su inserción se inflama se desarrolla este cuadro doloroso, invalidante en algunas oportunidades, pudiendo llegar a ser crónico.

Niño sentando en una pelela con una pelota en la mano

La sobrecarga mecánica es el desencadenante, pudiendo provocar con el tiempo desgarros en su inserción con inflamación de los tejidos que la rodean incluyendo el hueso.

En dichos desgarros es que se dan las condiciones para que se generen calcificaciones en ese sector; conformando lo que se llama “espolón” o “espina calcánea”, que no es la causa del dolor si no que el mismo se da como consecuencia de los episodios de inflamación, apareciendo aproximadamente en el 50% de los casos.

¿Qué causa la fascitis plantar?

La fascitis plantar es causada por un problema mecánico, por lo que cualquier persona puede padecerla, sin embargo, hay factores de riesgo que predisponen a su aparición:

  • Sobrecarga: La fascia plantar actúa a modo de goma elástica amortiguando el peso corporal. Los deportistas que cambian o aumentan la intensidad/duración de las sesiones son propensos a sufrir episodios de fascitis plantar de manera más frecuente.
  • Acortamiento muscular en la pantorrilla: Una de las principales causas para sobrecargar la inserción de la fascia es el acortamiento del sector posterior de pierna; ya sea a nivel del tendón de Aquiles o del gemelo medial.

¿Qué síntomas tiene la fascitis plantar?

El síntoma primario de la fascitis plantar es el dolor localizado específicamente en el área de carga de peso del talón. Comúnmente es más severo durante los primeros pasos al levantarse de la cama, disminuyendo en cierta medida con la actividad por la distensión de la fascia, y reapareciendo de nuevo tras un periodo de descanso. Rara vez la inflamación es visible desde afuera con enrojecimiento, u otros cambios aparentes en la piel.

 ¿Cómo se diagnostica la fascitis plantar?

Con la historia detallada y la exploración física confirmamos la localización del dolor y las características. La ecografía y la radiografía lateral del pie nos demostrarán respectivamente, la inflamación de la fascia y la presencia o no de espolón.

Mujer haciendo ejercicio de pies

 ¿Cómo se trata la fascitis plantar?

La fascitis plantar debemos tratarla lo antes posible para evitar que se cronifique . Con ello, conseguiremos reducir el tiempo de dolor.

El tratamiento inicial que vamos a proponer es la combinación de acciones fáciles que demuestran ser útiles:

  • Ejercicios de estiramiento de toda la cadena muscular posterior de la pierna, isquios, soleo, gemelos junto a estiramientos específicos para la musculatura y fascia plantar.
  • Masaje con hielo: Se puede llenar una pequeña botella de plástico con agua y congelarla. Hacer rodar el talón y el arco del pie sobre la botella durante unos 10 minutos proporciona masaje, estiramiento y frío.
  • Analgésicos locales y vía oral en caso de ser necesarios.
  • En algunas situaciones se puede requerir una plantilla.
  • Los procedimientos más invasivos para el tratamiento de la fascitis plantar generalmente se buscan sólo después de que lo anterior ha fallado, como ser fisioterapia, ondas de choque, infiltraciones.

En un porcentaje muy bajo de pacientes (menos del 8%) puede requerirse una cirugía.

Causas extrínsecas

  • Exceso de pronación: valgo de retropié + colapso del arco plantar
  • Microtraumatismos repetidos
  • Bipedestación prolongada
  • Calzado inadecuado
  • Debilidad de gastrocnemios, sóleo, Aquiles y musculatura intrínseca del pie
  • Aumento del nivel de actividad
  • Mala técnica deportiva, errores de entrenamiento

Causas intrínsecas

  • Edad
  • Obesidad
  • Biomecánica
    • Disminución de la dorsiflexión del tobillo
    • Acortamiento del tríceps sural
  • Enfermedades sistémicas
    • Artritis reumatoide
    • Espondilitis anquilopoyética
    • DM con afectación vascular
    • Quimioterapia, infección retroviral
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