Apnea Obstructiva del Sueño

Prof. Agda. Dra. Ana Musetti | Neumóloga

mujer desperezándose sentada en una cama frente a una ventana

Los trastornos respiratorios que aparecen durante el sueño son condiciones patológicas que interrumpen el patrón respiratorio normal durante el período de descanso. Estas afecciones, relativamente comunes, ejercen un impacto tanto en la calidad de vida como en la salud de de las personas.

Uno de los trastornos más prevalentes en ésta categoría es la apnea obstructiva del sueño (AOS).

¿Qué es la Apnea Obstructiva del Sueño?

El término «apnea» refiere a la detención de la respiración. La apnea obstructiva del sueño se caracteriza por la obstrucción reiterada e intermitente de las vías respiratorias superiores, específicamente de la región orofaríngea. Esta obstrucción se produce debido al desplazamiento de las estructuras blandas relacionadas con la relajación muscular durante el sueño.

Dichos episodios de “asfixia” generan disminución de los niveles de oxígeno en la sangre, la cual se normaliza cuando se resuelve la apnea. El esfuerzo respiratorio que se efectúa mientras la vía aérea está obstruida provoca microdespertares, aunque estos no son conscientes. Estos episodios recurrentes fragmentan el sueño y son responsables de uno de los síntomas más distintivos: la somnolencia diurna y la sensación de cansancio persistente.

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?

Los síntomas nocturnos son generalmente observados por quienes comparten el mismo espacio o conviven con la persona afectada, e involucran ronquidos intensos e irregulares seguidos de pausas en la respiración. La persona que padece la afección por lo general no percibe estos síntomas. Los síntomas diurnos más prominentes incluyen una excesiva somnolencia durante el día (facilidad para quedarse dormido en diversas situaciones), fatiga y dificultad para concentrarse.

El principal factor predisponente de este trastorno es la obesidad (Índice de Masa Corporal mayor a 30), si bien no es el único. Incluso personas delgadas pueden experimentar esta afección. Algunas características anatómicas, como la morfología de las vías aéreas superiores (orofaringe) y del cuello (cuello corto y/o ancho), también pueden influir en su desarrollo.

¿Cómo deberíamos abordar la posible presencia de Apneas del Sueño?

Es crucial comunicar los síntomas al médico de confianza. Los neumólogos son los especialistas que estudian y tratan este trastorno, y podrían recomendar consultas adicionales con otros profesionales como otorrinolaringólogos y neurólogos en caso que lo requieran. Diversos estudios están disponibles para confirmar el diagnóstico, tales como la poligrafía respiratoria o la polisomnografía. Estos análisis permiten determinar la existencia, tipo y frecuencia de las apneas durante las horas de sueño.

¿Cuál es el enfoque de tratamiento?

En casos en que la obesidad está presente, la reducción de peso se convierte en un paso crucial. No obstante, en ocasiones, esto podría no ser suficiente y podría requerirse la implementación de otras medidas terapéuticas.

El tratamiento con presión positiva continua en las vías aéreas (conocido como CPAP, por sus siglas en inglés) representa la elección más efectiva. Esta terapia implica el uso de un dispositivo que genera presión de aire positiva, manteniendo así las vías respiratorias superiores permeables. La administración de aire se lleva a cabo a través de una mascarilla nasal o nasobucal. El dispositivo se utiliza durante el sueño, y logra corregir los ronquidos, las apneas y mejora la calidad del sueño. Al revertir las apneas, los niveles de oxígeno en la sangre se estabilizan, la estructura del sueño se normaliza mejorando los síntomas diurnos. Todos estos factores en conjunto se traducen en una mejora sustancial en la calidad de vida y en la salud cardiovascular y cerebral de las personas afectadas por dicho trastorno.

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