Verano: época para cuidarse del calor

En verano las temperaturas suben. Muchas veces, debido a la realización de actividades al aire libre y por no tomar los recaudos necesarios es que podemos sufrir agotamiento, calambres o golpes de calor, siendo este último el más grave.

El motivo contempla dos variables, altas temperaturas y tiempos prolongados de exposición. Por ejemplo, realizar deporte de forma intensa o trabajar al aire libre expuestos al calor.

En general, los síntomas al principio son leves por lo que se debe estar atento a las señales enviadas por nuestro cuerpo para actuar de manera rápida y eficaz.  Las mismas, pueden ser sudoración excesiva, espasmos o calambres en las extremidades, piel fría, pálida, pegajosa, pulso rápido o débil, náuseas y/o vómitos, mareos, sensación de debilidad, dolor de cabeza y/o desmayos.

Cuando se está expuesto al sol por un tiempo prolongado, no se debe descuidar la hidratación y en caso de comenzar a sentirse mal, detener la actividad que se está realizando. A su vez, recordar que no sólo se debe reponer la pérdida de agua, sino que también, la de electrolitos y sales minerales. Se recomienda el consumo de una bebida isotónica.

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